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En la economía de la atención los anuncios contextuales son la moneda de cambio


El cerebro humano promedio es simplemente incapaz de procesar el bombardeo de contenido al que se expone diariamente: en promedio, 4 mil a 10 mil anuncios (según Red Crow Marketing). Por lo tanto, la gran mayoría de los anuncios que se ven se ignoran o se olvidan en cuestión de segundos.

Aunque el acceso a la información aumentó de forma exponencial en la era digital, la capacidad de procesarla no ha cambiado. La mayoría de los usuarios digitales está más consciente de su propio consumo e intenta actívamente alejarse de las pantallas, y además, es muy buena para ignorar las publicidades, tanto evitandolas físicamente como bloqueándolas mentalmente.

Esencialmente, todo el contenido en la esfera digital compite por nuestro tiempo y atención. Desde Making Science aseguran que el marketing necesita un enfoque basado en datos para anunciar efectivamente a quienes realmente quieran prestar atención. “El factor más importante para llamar la atención de los clientes es hacer que les importe lo que dice el anuncio”. 

Esto requiere una mirada customer first para identificar beneficios que los consumidores puedan obtener por interactuar con el anuncio, y más que nada se logra utilizando anuncios contextuales y nativos, ya que impulsa más el interés y el intercambio de información que la publicidad basada en intereses o demográfica. Además, las personas se sienten menos molestas al ver el anuncio.

Anuncios contextuales y nativos

Actualmente se está trabajando con inteligencia artificial para ubicar anuncios relevantes en los sitios webs, sin necesidad de usar cookies, lo que permite llegar a la audiencia sin descuidar su privacidad. Según Forbes, diversos estudios de seguimiento ocular demuestran un 95% de exactitud para predecir a dónde van a mirar los consumidores en cualquier tipo de anuncio.

En este sentido, la capacidad de atención en las redes sociales es de un 37% más alta para los anuncios contextuales que para cualquiera de los anuncios de video o gráficos, y también generaron una participación tres veces mayor que los formatos tradicionales.

Y lo más importante: hay un 23% más de probabilidades de recordar el mensaje clave de un anuncio cuando se alinea con el contenido del sitio que lo aloja, a lo que se le suma que aquellas publicidades que buscan una respuesta emocional fueron un 40% más memorable cuando el contexto es contenido relevante.

“En esta economía de la atención, la confianza es vital. Si las marcas y los publicistas aprovechan la IA para entregar contenido que resuene con los consumidores, respetando su privacidad, lograrán que la transición a un futuro sin cookies ya no parezca una carga, sino una oportunidad”, concluye Making Science.