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Polarización y fake news en Meta


Con el objetivo de comprender el efecto de las redes sociales en los procesos electorales democráticos, Meta emprendió en 2020 un proyecto de investigación con colaboración externa. A partir de este estudio realizado a 23.000 usuarios de las diferentes plataformas de la compañía se publicaron diversos artículos en las revistas científicas internacionales más reconocidas, Science y Nature. ¿Cuáles fueron sus conclusiones?

Facebook y Fake News

Según Iproup, uno de los papers caracteriza a Facebook como “un entorno social e informativo que muestra una significativa segregación ideológica”. Allí, hay una mayor prevalencia de contenido poco confiable en los medios de derechas con respecto a los de izquierdas. 

Por lo tanto, aquellas personas con inclinaciones políticas más conservadoras están más expuestas a información falsa en comparación con aquellos que tienen opiniones más progresistas.

¿Cómo influyen los algoritmos?

La investigación analizó también las diferencias entre el inicio configurado de forma cronológica y aquel impulsado por los algoritmos, tanto en Instagram como en Facebook.

Para ambas plataformas descubrieron que el contenido de fuentes no fiables es mayor en el muro cronológico que en el algorítmico (en más de dos tercios en el caso de Facebook, y un poco menos para Instagram). Asimismo, el cronológico logró disminuir significativamente el tiempo que los usuarios dedicaban a ambas plataformas y su nivel de interacción en ellas.

Difusión y viralización

Finalmente, la investigación concluyó que la función de compartir contenido ya publicado por otros contribuye a la difusión de ciertas publicaciones, aunque esta acción no siempre resulta en la viralización de un posteo. Cuando los usuarios visualizan contenido de fuentes similares en su feed, su nivel de participación es más elevado. 

La democracia en juego

Desde las elecciones de 2016 (el entonces llamado) Facebook fue acusado de promover la desinformación y polarización política. El periódico español El País recuerda cuatro momentos clave:

  • A partir del triunfo de Donald Trump se comprobó que la plataforma podía utilizarse para compartir contenidos sin restricciones y organizar grupos de personas en torno a alguna postura, ideología o idea, no necesariamente democrática ni respetuosa.
  • El “Informe Mueller” descartó que Trump haya colaborado con Rusia para ganar las presidenciales, pero concluyó que Moscú sí había interferido en las elecciones y Facebook había sido uno de sus canales.
  • Los datos de más de 50 millones de usuarios de Facebook fueron utilizados desde 2014 sin su consentimiento para comercializarlos ilegalmente con terceros y obtener beneficio de la información de los usuarios, como edad, sexo, preferencias y hábitos; se recuerda el caso de Cambridge Analítica.
  • Finalmente, una investigación de la justicia norteamericana dictaminó que los cuatro gigantes tecnológicos —Facebook, Google, Amazon y Apple—  han "explotado su poder de mercado de manera anticompetitiva", pero aún no se han tomado medidas. 

Es en este marco que toman mayor importancia los informes publicados. En respuesta, el presidente de Asuntos Globales de Meta manifestó que “existe poca evidencia de que las características fundamentales de las plataformas de Meta, por sí mismas, causen una polarización afectiva perjudicial o tengan efectos significativos en actitudes, creencias o comportamientos políticos importantes”.

Según Meta, cuando los participantes visualizan menor contenido proveniente de fuentes que refuerzan sus puntos de vista, tienden a interactuar más con el contenido de ideas afines que se les presentó. Sin embargo, una cosa es segura: si bien existen progresistas y conservadores en las redes, no son grupos simétricos: las audiencias que consumen noticias políticas en Facebook tienen, en general, una inclinación de derecha.